martes, 20 de julio de 2010

Viajando de manera diferente

Este texto me lo mandó Marianita Alvarez, una colega de trabajo a quien estimo mucho entre otras cosas por mandar este tipo de mails, que sí sirven. Lo pongo en mi blog para cuando esté de viaje en cualquier lugar, lo pueda abrir para releerlo y que no se me olviden estos 9 puntos fundamentales. Enjoy.

Viajando de manera diferente ( P. Coehlo )

Desde muy joven descubrí que el viajar era, para mí, la mejor manera de aprender. Continúo hasta hoy con este alma de peregrino, y decidí relatar en este blog algunas de las lecciones que aprendí, esperando que puedan ser útiles a otros peregrinos como yo.

1) Evite los museos. El consejo puede parecer absurdo, pero vamos a reflexionar un poco juntos: si usted está en una ciudad extranjera, ¿no es mucho más interesante ir en busca del presente que del pasado? Sucede que las personas se sienten obligadas a ir a museos porque aprendieron desde pequeñas que viajar es buscar ese tipo de cultura. Es claro que los museos son importantes, pero exigen tiempo y objetividad – tiene antes que saber qué desea ver allí, o va a salir con la impresión de que vio un montón de cosas fundamentales para su vida pero que no recuerda cuáles son.

2) Frecuente los bares. Allí, al contrario de los museos, la vida de la ciudad se manifiesta. Bares no son discotecas, sino lugares adonde la gente va, toma algo, piensa en el tiempo y está siempre dispuesta para una conversación. Compre un diario y quédese contemplando el movimiento del local. Si alguien inicia un tema, por más bobo que sea, acepte la charla: no se puede juzgar la belleza de un camino mirando solamente su puerta.

3) Esté disponible. El mejor guía de turismo es alguien que vive en el lugar, conoce todo, está orgulloso de su ciudad, pero no trabaja en una agencia. Salga por la calle, elija a la persona con quien desea conversar y pídale informaciones (¿dónde queda tal catedral? ¿dónde está el Correo?) Si no resulta, pruebe con otra; le garantizo que al final del día habrá encontrado una excelente compañía.

4) Procure viajar solo, o – si está casado – con su cónyuge. Le dará más trabajo, nadie lo (o los) cuidará, pero sólo de esta manera podrá realmente salir de su país. Los viajes en grupo son una manera disfrazada de estar en una tierra extranjera, pero hablando su lengua natal, obedeciendo a lo que manda el jefe del rebaño, preocupándose más con las murmuraciones del grupo que con el lugar que se está visitando.

5) No compare. No compare nada – ni precios, ni limpieza, ni calidad de vida, ni medios de transporte, ¡nada! Usted no está viajando para probar que vive mejor que los otros; su búsqueda, en verdad, es saber cómo los otros viven, lo que pueden enseñar, cómo se enfrentan con la realidad y con lo extraordinario de la vida.

6) Entienda que todo el mundo le entiende. Aunque no hable el idioma, no tenga miedo: ya estuve en muchos lugares donde no había manera de comunicarme a través de las palabras y siempre terminé encontrando apoyo, orientación, sugerencias importantes, y hasta aventuras amorosas. Algunas personas creen que, si viajan solas, saldrán a la calle y se perderán para siempre. Basta tener la tarjeta del hotel en el bolsillo y – en una situación extrema – tomar un taxi y mostrarla al chofer.

7) No compre mucho. Gaste su dinero en cosas que después no tendrá que cargar: buenas obras de teatro, restaurantes, paseos. Hoy en día, con el mercado global y Internet, puede tener todo sin necesidad de pagar exceso de equipaje.

8) No intente ver el mundo en un mes. Más vale quedarse en una ciudad cuatro o cinco días, que visitar cinco ciudades en una semana. Una ciudad es una mujer caprichosa, necesita tiempo para ser seducida y mostrarse completamente.

9) Un viaje es una aventura. Henry Miller decía que es mucho más importante descubrir una iglesia de la que nadie oyó hablar, que ir a Roma y sentirse obligado a visitar la Capilla Sixtina, con doscientos mil turistas gritando en sus oídos. Vaya a la Capilla Sixtina, sí, pero también déjese perder por las calles, intérnese en las callejuelas, sienta la libertad de estar buscando algo que no sabe lo que es pero que, – con toda seguridad – encontrará, y cambiará su vida.

lunes, 12 de julio de 2010

Tararéale bien.

Lo observador que soy, me privilegia. A veces con información inutil, justo como ésta:

La gente entonada tiene mala memoria para aprenderse la letra de las canciones
. Luego así, la gente desentonada lo contrario.
¿Pero qué es mejor, bien entonado o bien cantado? Yo prefiero la entonación, que saberme la letra de "Pe" a "Pa". Si prefieres lo contrario mejor leé un poema. Una canción tiene una melodía y ensamblada a ella, como una instrumento más, la letra. Por eso creo que la memoria le falla a la gente entonada, pues ponen más atención en memorizar los sonidos y el orden en que van.
Yo soy entonado y me desepera la gente que ni las mañanitas sabe cantar melódicamente, la joden, desconcentran, la joden más y no se dan cuenta. Me imagino que si le meten dedicación, pueden lograr cantar bien, pero un buen oído no se hace, se nace con él.

En fin, mi reflexión es porque antes le daba mérito a saberse la letra completa, pero es más cabrón ser entonado, porque si no te dedicas a eso siempre hay un Kareoke, un cancionero o el pinche desentonado que te sopla la letra.

Dedicado a mi querido compadre @galancantu

sábado, 26 de septiembre de 2009

1:22 AM Domingo

Debe ser que muchos de los blogs, se han creado en el insmonio. Este es uno.
Y como todo recién nacido, tendrá que ir creciendo y cambiando sus facciones. Ojalá que su madurez y la búsqueda de su propio camino, no sea una hueva.